miércoles, 8 de diciembre de 2010

Adivina adivinanza...

¿Qué es aquello que ayuda a los pobres, les sobra a los ricos y no da la felicidad?
La respuesta parece obvia ¿No?
Esta es una adivinanza que me contó alguien una tarde y cuya respuesta me dejó sin palabras. El mundo, con su capitalismo creciente, nos obliga a creer que el dinero, ese ser abstracto que se oculta en monedas y billetes, es el centro de la vida. De hecho, yo no me imagino una vida sin dinero, no porque no la quiera sino porque no alcanzo a comprender como sería.
Ahora bien, no todos estamos corrompidos por él. He hecho esta adivinanza a personas de diferentes edades y, al igual que quién me lo contó, el resultado es siempre sorpredente. Al preguntar a niños de unos diez años, adolescentes y adultos el resultado es siempre el billetito verde. En cambio, al preguntarle a un niño de 6 a 8 años  la respuesta cambia:

-Nada!-

Cuando me revelaron el misterio me eché a reír automáticamente. No quiero plantear la pregunta -probablemente sin solución- de si el dinero realmente da la felicidad. Solo quiero decir que esta adivinanza, al igual que la vida, tiene diferentes conclusiones y que por ello no debe depender de nada simplemente de ti mismo. Eso si, no abandones a la gente pues es esta quien te advierte cuando tu egocentrismo sobrepasa el límite entre lo humano y lo esnob. !Simplemente busca el niño que llevas dentro, ese que vive afín a sí mismo y aislado de todos pero con su atención permanente!

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