jueves, 9 de diciembre de 2010

Al fin! Libre!

Hoy he sentido el salvaje instinto de correr en pos de lo desconocido con el viento y la naturaleza como únicos acompañantes, hoy he sentido la tentación de rendirme a la fantasía, con sus brillantes luces de colores y sus imágenes caleidoscópicas. Hoy,  he acabado los examenes globales. Acabo de llegar del conservatorio con el clarinete al hombro, la mochila del instituto a la espalda y una melodía de piano, que no me deja tranquilo nunca, en la cabeza. Mi primera reacción ha sido echarme en mi cama mullida y templada y ,de hecho, me ha sentado tan bien que mis "trastos de clase" casi me aplastan. Después de la obvia idea de echarme una siesta, cosa que haré aunque sea un poco tarde, he decidido escribir algo. Para... abrir el apetito.
En general, hoy ha sido un día tranquilito pese a todo ya que el estrés producido por el atasco mental de Valle-Inclán, Quim Monzó, el clasicismo romano y la jodida armonía (sin hablar de mi amigo inseparable, el comentario de texto) ha supuesto no entrar en contacto con algunas especies en via de extinción y con aspiraciones reproductivas altísimas que sueñan con ser graciosos y encajar en la compleja jerarquía social a la que tan penosamente intentan pertenecer. No creo que sea una prioridad en tu vida social estar siempre intentando estar en el podio, ya que yo prefiero estar con mis amigos de verdad, aquellos con los que realmente me lo paso en grande y que no me abandonarán por no estar en lo más alto, puesto que un día de mierda lo tiene cualquiera y no por eso debe sentirse humillado o ridiculizado. Todo esto me recuerda al empirismo político de los sofistas tan criticado por Platón, al que ya sufrí antes del puente, una teoría que defiende que lo mejor es lo que la mayoría considera mejor, mi madre seguro que me diría:-¿Si todos se tiran por un balcón tú también lo harías?-Es una frase que hemos oído mil veces pero no por eso deja de ser verdad, no podemos dejarnos llevar por la masa tenemos que ser diferentes, es decir, nosotros mismos; consiguiendo eso, está asegurada una buena situación social. En fin, me voy a cobrar un vale por una siesta , que realmente me lo merezco.

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