La tarde del 25 de septiembre el bosque presentaba una de esas visiones que solo unos pocos pueden contemplar y que muchos otros admiran llegar a ver pero nunca lo consiguen. Las hojas caídas de forma aleatoria sobre el suelo, cubriéndolo totalmente como un manto protector, los árboles alzando sus ramas olvidadas de hojas a un cielo de explosiones escarlata sobre un fondo azul zafiro. Una imagen espectacular que produce el Sol en su trayectoria vital, despidiéndose de los hombres y recibiéndolos en el otro extremo del mundo. Relámpagos carmesí, dorado y púrpura tiñen las nubes durante un tiempo reflejándose en los ojos de los afortunados espectadores que disfrutan de un aroma embriagador al borde del frenesí formado por el perfume de animales, árboles, arbustos y plantas mezclado con el sabor del gélido viento otoñal y el roce de los últimos rayos del Sol; una fragancia capaz de revivir a muertos y vivos, creadora de sueños llenos de color y negras pesadillas agradables, la verdadera esencia de la vida.
Bienvenidos a mi blog! =D
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"la inspiración, esa vieja iconformista que se cuela en mi vida cuando menos lo espero"
ResponderEliminarMe encanta como la describes! de verdad!! :)
jajajaja gracias! :D
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