lunes, 6 de febrero de 2012

Estoy en medio de una clase de Derecho Constitucional que, sorprendentemente, ha resultado ser la más relajada de todo el curso, no por ser la primera del segungo cuatriemstre, sino porque estamos dando lo mismo que el último día de clase del año pasado. Y en medio de este panorama me da por evadirme, como siempre e el mejor momento...
Hace mucho que no tengo tiempo para... reflexionar...? dejémoslo en pensar, algo que últimamente se ha convertido en una palabra desconocida para el diccionario de mi cerebro. Sueno ya repetitivo, pero mi vida ha cambiado bastante des del año pasado. Leo el gadget de la esquina derecha de mi blog y me sorprende la razón que tiene ese texto que escribí en septiembre del año pasado...
Una de las cosas que no ha cambiado durante toda mi vida es la originalidad, ya que siempre estoy dispuesto a innovar, y mi pasión por contar historias, de hecho creé un Blog especial para ello (http://www.historiasparalaimaginacion.blogspot.com/) pero el pobre está bastante marginado y solo consta de una historia que hice hace ya mucho. Es por eso que voy a contar una historia: la historia de un chico que, bueno, no era capaz de encontarrse a sí mismo, por decirlo de alguna manera, mi historia...

<<El 1 de abril de 1993 nació en un pueblo valenciano un niño al que llamaron Rafael en honor a su abuelo paterno, que posteriormente fallecería, y para diferenciarlo así de su padre, llamado Rafa. Su infancia fue, como la de todos los niños, borrosa y feliz. No fue hasta los 5 años que su vida dio un giro importante, que supuso unas consecuencias (positivas o negativas) de gran importancia. En el año 1999 la família se mudaba a un pueblo de montaña a media hora en coche de familiares, amigos y recuerdos; aún así Rafa siguió llendo a su antiguo colegio. Pero pese a que mantenía el contacto con sus viejos amigos la distancia dificultaba la relación, y en los siguientes años la dificultad creció en la medida que los,  adolescentes, amigos del chico empezaban a vivir en la calle. Aún así, aparecieron nuevos amigos, procedentes de Valencia, que solo aparecían durante el verano, así que el invierno era largo y aburrido para nuestro protagonista.
Diez años después de aquella larga estancia fuera del ámbito familiar, las cajas de la mudanza volvieron allenarse y se trasladaron de nuevo a la vieja casa en la que nuestro adolescente se había criado. Antiguas amistades aparecían bastante cambiadas y la, aunque improbable, posible relación entre ellos se perdió en el tiempo. Teniendo a la mayoría de sus amigos durante los 10 años ya pasados en un pueblo a bastantes kilómetros la única opción era empezar a salir con los compañeros del colegio, algo que fue bueno, y malo a la vez.
Los recuerdos de la adolescencia temprana son felices, con broncas ocasionales y más que otra decepción, pero felices en general. Es imposible decir el momento exacto en que sucedió, pero puede que fuera durante primero de Bachillerato. La antigua clase del colegio en que todos se conocían des de los 3 años se rompió y los comapñeros se distribuyeron entre los diferentes institutos valencianos. En principio el chico no iba a ir al mismo instituto que sus amigos, por desgracia o fortuna, en aquel momento desgracia, pues había un instituto que estaba muy cerca de su casa en el que había sido admitido, pero el destino movió carta y la música intervino, obligandole a ir a un instituto más lejos de casa pero más cerca del conservatorio, que muy pronto se convertiría en su segunda casa debido a la gran cantidad de horas semanales que pasaba en aquel edificio. La situación entre los amigos era ya muy diferente, no dejaba de comentarse que aquello ya no era lo de antes, así que Rafa esperaba poder hacer nuevas amistades, sin olvidar a las viejas, pero lo cierto es que el,ya demasiado repetido, tiempo le cansó y poco a poco dejó de encontrarse a gusto con sus antiguos compañeros. Ya hacía tiempo que había adquirido una actitud pasiva ante el comportamiento de sus "amigos", pero esta suponía cerrarse más en sí mismo, sin dejar que nada ni nadie llegara a rozarle cualquier múscuo vital. Una actitud que lo cambió hasta el punto que un día se miró ale spejo y se dio cuenta de que se había convertido en una persona huraña, muy cerrada, seca... fría... que lo retenía todo y era incapaz de expresar nada. Al final la relación con sus amigos del insituto estuvo fuertemente marcada por sus viejos amigos, hasta el punto que, años más tarde, cuando "volvieron a conocerse" se econtraron con uan persona nueva.>>

Esta es mi historia, no es una historia feliz, pero tampoco triste, y sí realmente lo es será el tiempo quién lo diga. El maldito tiempo y los ,ada vez más breves,años...

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